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30.4.10

Usun Yoon dijo...

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¡Puto mar! Nos das gambas pero te llevaste a Cousteau.

Usun Yoon

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14.4.10

Ciencia vs Religión

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Cuando publicas algo como que no somos el centro del universo, ¿Qué lugar ocupa la Tierra? ¿Cómo comenzó todo? ¿Qué es nuestro Sistema Solar? ¿Cómo nace un planeta? ¿Cómo evoluciona una estrella? ¿Cómo acabará todo? que tiene un curro de la piiiiiiiiiiostia, aunque todo el mérito proviene de fuentes como El Cielo del Mes o Astroseti, te arriesgas a tener cierto tipo de comentarios como éste en tu blog. En realidad esto ocurre cada vez que hablas de ciencia (no siempre pero si muy a menudo).

No voy a repetir el comentario pues me parece suficiente con el enlace, aunque me hace gracia el "Dios dice, dice y dice" y la firmante no dice nada más que: Lee la biblia. Pero si voy a repetir la entrada de Astro Noticias que da respuestas a las preguntas anteriores:

¿Dónde estamos?

Nuestro pequeño planeta, inmerso en el espacio, que gira alrededor de una estrella común, se encuentra en el brazo (brazo de Orión) de una enorme galaxia espiral, la Vía Láctea, una más de las innumerables que se encuentran distribuidas por el universo. Cerca de la Tierra se encuentran otros planetas, planetas enanos, satélites, asteroides y cometas, todos ellos orbitando nuestro Sol, atrapados por su potente fuerza de atracción gravitatoria, formando lo que llamamos el Sistema Solar.

Alrededor de nuestro sistema estelar, a millones de años luz de distancia, se encuentran millones y millones de estrellas de todo tipo, enanas, supergigantes, agujeros negros, púlsares, estrellas múltiples ...; hay lugares donde nacen las estrellas y otros donde quedan los restos de las muertes de otras, como las nebulosas; y existen lugares donde parecen congregarse las estrellas, como los cúmulos. Todo este impresionante conjunto forma nuestra galaxia, la Vía Láctea. Se piensa que nuestra galaxia puede albergar unos 100.000 millones de estrellas.

La Vía Láctea se encuentra en un grupo de galaxias, el llamado Grupo Local, formado por unas 30 galaxias, divididas en 3 grandes grupos, uno por cada galaxia masiva del grupo:

- El Sistema de Andrómeda, que lo integran la propia Andrómeda (M31), M32, M110, NGC 147, NGC 185, Andrómeda I, Andrómeda II, Andrómeda III y Andrómeda IV.

- El Sistema de la Vía Láctea, integrado por la Vía Láctea, Enana de Sagitario, Gran Nube de Magallanes, Pequeña Nube de Magallanes, Enana de Ursa Minor, Enana de Draco, Enana de Carina, Enana de Sextans, Enana de Sculptor, Enana de Formas, Leo I, Leo II y Enana de Tucana.

- El Sistema del Triángulo, integrado por M33 y Enana de Piscis.

A su vez, este cúmulo de galaxias, queda integrado dentro del Supercúmulo de Virgo, el cual está formado por unos 10 grupos o cúmulos de galaxias. Se estima que pueden existir unos 10 millones de supercúmulos en el universo.

¿Cómo comenzó?

Se cree que todo comenzó hace unos 13.700 millones de años (actualizado pues la entrada es de 2007), cuando todo el material del universo se encontraba concentrado en un solo punto. Las investigaciones indican que hubo una gran explosión, el llamado Big Bang, y desató el inicio de la formación del universo. En los primeros instantes de la explosión el universo se convierte en una inmensa bola de fuego que aumenta de tamaño a muchísima velocidad y con una temperatura de miles de millones de grados.

Aproximadamente un minuto después de la explosión, el universo se ha convertido en un enorme reactor termonuclear y se comienzan a formar los primeros núcleos de helio a partir de los de hidrógeno. Es necesario que transcurran miles de años para que la temperatura descienda lo suficiente para que se puedan formar los átomos, es entonces cuando la materia comienza a agruparse por la fuerza de la gravedad y surgen las primeras estrellas. Se necesitarán aún miles de millones de años para que, gracias a la formación de inmensas nubes de gas, compuestas primordialmente de hidrógeno y helio, y por su propia gravitación, comiencen a aparecer las primeras galaxias.

No se conoce la forma exacta del mecanismo de la formación de una estrella, pero de alguna manera el gas se empieza a aglutinar en diferentes puntos bajo el efecto de su propia gravedad, formando nubes cada vez más densas. Un núcleo denso, que podría ser unas 60 veces mayor que el sol, la protoestrella, empieza a formase rodeado por un halo de gas.

Debido al aumento de presión, cada vez mayor, y tras unos 50.000 años, el centro de la protoestrella se vuelve tan caliente que da principio la combustión nuclear y se inicia la transformación de átomos de hidrógeno en átomos de helio. Ha nacido una estrella.

La fuerza de expansión de la energía liberada en esta transformación contrarresta la fuerza de la gravedad de la estrella, lo que impide que se colapse totalmente y se estabilice. Al cabo de unos 10 millones de años se acaba el hidrógeno del núcleo. Al no existir una fuerza que contrarreste a la gravedad, éste se contrae y calienta aún más. Al mismo tiempo, el hidrógeno restante, en una corteza exterior, continúa fusionándose y se convierte en helio; la estrella se expande hasta llegar a ser una gigante roja. El núcleo se calienta al grado de poder convertir, por fusión, el helio en carbono. En fusiones sucesivas, el carbono da origen a elementos mas pesados, hasta llegar al hierro. Al llegar a éste ya no se genera más energía por fusión nuclear, y la parte media de la estrella se desintegra en forma catastrófica por efecto de su propia gravedad. El colapso libera energía hacia las partes exteriores y origina la explosión mas violenta que se conoce en el universo: la supernova.

Después de la explosión, la supernova despide ondas de choque y nubes de gas. A partir de este gas se forma una nueva generación de estrellas, enriquecidas con elementos creados en las fusiones de la vieja estrella y elementos mas pesados creados en la tremenda explosión, y en el caso el Sol, de planetas en los que puede evolucionar la vida. Así, cada átomo de nuestro mundo se fusionó en el núcleo incandescente de una estrella gigante, que al explotar esparció los elementos necesarios para la formación de estrellas y planetas. Fue la primera generación de estrellas, estrellas gigantes, las cuales han desaparecido casi en su totalidad, y vivimos gracias a su legado. No todas las estrellas de la primera generación fueron así, pero estas son las que hicieron posible la creación de los planetas y de nosotros mismos.

De la supernova solo sobrevive el núcleo, de una extraordinaria densidad y de pocos kilómetros de diámetro. La enorme presión generada logra triturar absolutamente todo hasta convertirlo en neutrones, los que se concentran y compactan. Ha nacido una estrella de neutrones, la cual gira hasta 30 veces por segundo y emite señales de radio que se concentran en los polos magnéticos. Al barrer el espacio como el haz de la luz de un faro, los radioastrónomos captan esas señales en forma de pulsaciones, por ello, en su descubrimiento se los llamó púlsares.

Si la masa inicial es de 50 veces la del Sol, en vez de convertirse en una supernova, la inmensa fuerza de la gravedad hará que la estrella implosione sin remedio hasta convertirla en un agujero negro, donde ni siquiera la luz es capaz de escapar al intenso campo gravitatorio y donde el espacio y el tiempo se funden y contraen.

Nuestro sistema

Durante la formación de una estrella como el Sol, los fragmentos de una nube de gas llegan a tardar un millón de años en contraerse hasta el tamaño del sistema solar. A medida que la nube se compacta, la liberación de energía gravitacional calienta el núcleo, el cual comienza a resplandecer. Un millón de años después de la condensación de la nube original, el Sol medía la mitad de su diámetro actual y su brillantez era de una vez y media la de la actual. En su núcleo se inician las reacciones termonucleares. La rotación obtenida al contraerse, aplanó la nube original y la cambió a un disco plano. El polvo y el gas del disco se aglutinaron en la periferia hasta formar protoplanetas.

30 millones de años después, el Sol alcanzó un estado semejante al que tiene ahora. Se inicia la transformación de hidrógeno en helio. Los protoplanetas crecieron lo suficiente para lograr atraer casi todas las partículas circundantes y convertirse así en planetas. El sistema se estabiliza y transcurren unos 4.600 millones de años así.

El hidrógeno de nuestra estrella se consumirá en unos 4.000 millones de años más. En ese momento, la combustión del hidrógeno se extenderá a las capas exteriores, las cuales se expandirán, como una gigante roja, absorbiendo en ese proceso a todos los planetas interiores. El helio que quedaba en el núcleo también se agotará, haciendo que el núcleo se contraiga y se caliente más, aunque no lo suficiente como para quemar elementos mas pesados. Las capas superiores del hidrógeno sin quemar se expandirán y formarán una nebulosa planetaria, y las capas inferiores darán lugar a una estrella enana blanca. Con el tiempo, la enana blanca se enfriará hasta convertirse en una enana negra, fría y densa, que no irradiará energía y será invisible.

Nacimiento de un planeta

De una forma similar a las estrellas se forman los planetas, pues se forman a partir de las mismas nubes de gas y polvo, con la diferencia de que se trata de objetos en los que no se desarrollan procesos de fusión nuclear. El comienzo de su creación parte de los discos de gas y polvo que se han observado alrededor de algunas estrellas recién formadas, discos en los que las partículas se atraen unas a otras y se fusionan en objetos que cada vez tienen un mayor tamaño. Con el incremento de masa, se aumenta cada vez más rápidamente su fuerza de atracción sobre los objetos circundantes, terminando por "limpiar" la vecindad de su órbita.

En nuestro sistema contamos con ocho planetas, cuatro de tipo telúrico o rocosos (Mercurio, Venus, la Tierra y Marte) y otros cuatro de tipo joviano, esencialmente gaseosos (Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno).

Desde el año 1955, cuando se descubrió el primer planeta extrasolar (exoplaneta) orbitando la estrella 51 Pegasi b, la cifra ha ascendido a mas de 300 planetas, que en su mayoría corresponden con planetas gigantescos del tipo joviano y en algunos casos corresponden con sistemas planetarios múltiples (mas de un planeta orbitando una misma estrella, siendo el primer sistema múltiple detectado el de Upsilom Andromedae), aunque esto es normal, pues son los más fáciles de detectar con los medios técnicos disponibles. El planeta con una masa mas parecida a nuestra Tierra es OGLE-2005-BLG-390L b, orbitando a una estrella en la constelación de Sagitario, con unas 5,5 veces la masa de la Tierra.

¿Cómo evolucionan las estrellas?

Como será una estrella y su final depende casi en exclusiva de la masa que tenía la nube de gas que se compactó para crearla. Si la nube original no tuviera la masa suficiente para iniciar procesos termonucleares del hidrógeno, se parecerían mas a un planeta gaseoso como Júpiter. A estas estrellas se las denomina enanas marrones. Objetos con una masa inferior a 80 veces la masa de Júpiter exhiben este comportamiento.

Si la masa inicial está por debajo de 0,5 veces la del Sol, solo conseguirán quemar el hidrógeno, convirtiéndose en enanas blancas de helio, con una vida en torno a los 50.000 millones de años. Son los objetos más longevos del universo.

Si la masa está entre 0,5 y 10 veces la del Sol, al agotar el hidrógeno serán capaces de calentarse lo suficiente como para iniciar la combustión del helio, acabando sus días como enanas blancas de carbono y oxígeno; y formando una nebulosa planetaria. Es el caso de nuestra estrella.

Si la masa es superior a 11 veces la del Sol, evolucionan a través de todas las fases de combustión hasta llegar al hierro y agotar así toda la energía potencial nuclear de que disponen. El final de estas estrellas será el inmenso estallido de una supernova, dejando como remanente una estrella de neutrones.

Mas allá de las 50 masas solares, la gravedad es tan excesiva que no hay nada que pueda contrarrestar el colapso total de la estrella, convirtiéndose en un agujero negro.

¿Como acabará?

Desde el gran estallido original, Big Bang, el universo se sigue expandiendo, y las últimas mediciones indican que cada vez lo hace a mayor velocidad. Al mismo tiempo, toda la materia del universo se atrae la una a la otra por efecto de la gravedad. Esta fuerza podría ser capaz de detener la expansión, incluso de invertirla, todo dependerá de la cantidad de materia que exista, y esta es la gran incógnita, pues solo somos capaces de ver aproximadamente el 1% del total. El 99% restante la materia se cree que está ubicada en los inmensos halos que rodean a las galaxias, pero no la podemos ver ni medir, a esta materia es a la que se denomina materia oscura.

Dependiendo de la cantidad de materia total se vierten dos hipótesis:

La primera se basa en que la masa total existente no será suficiente para detener la expansión, abocando al universo a una expansión infinita, en la que las estrellas terminarán por consumir el total del combustible disponible y se terminarán apagando. Se trata de un universo oscuro, frío y yelmo. Se trata del Big Rip o Gran Desgarramiento, en la que la gravedad se llega a hacer tan débil que primero los sistemas solares perderían su cohesión, se difuminarían las estrellas y los planetas y al final terminarían destruyéndose los átomos, llegando el fin del tiempo, el cual se ha estimado en unos 35.000 millones de años.

La segunda es todo lo contrario. Si la masa disponible en el universo es suficiente para detener la expansión e invertirla, donde el universo volvería a comprimirse hasta colapsarse en una singularidad dentro de unos 20.000 millones de años, se trata del Big Crunch o la Gran Implosión. Este colapso podría volver a originar un nuevo Big Bang.

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Si os ha parecido interesante, bien. Si no, también.

Y ahora me voy a dormir...

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3.4.10

Caminando Entre Monstruos: La vida antes de los Dinosaurios

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De la mano de los productores ejecutivos Adam Kemp y Tim Haines, responsables de los premiados documentales Caminando con dinosaurios y Caminado entre las bestias, llega esta nueva entrega, que muestra la historia de la vida en la Tierra antes de los grandes saurios y de que los mamíferos comenzaran a dominar el Planeta.

El documental está compuesto por varios vídeos de menor duración, los cuales se ejecutarán de forma automática y en el orden correcto hasta su conclusión.

http://www.youtube.com/view_play_list?p=721290AE6936E972

Con el asesoramiento de más de 600 científicos y la tecnología de animación más avanzada, este documental, co-producido por la BBC y Discovery Channel, revive con asombroso realismo, a las maravillosas y, a la vez, terribles criaturas que habitaron la Tierra a lo largo de más de trescientos millones de años.

Seis meses de preparación, búsqueda de localizaciones y rodaje y otro año de posproducción en el Reino Unido fueron necesarios para recrear el mundo en el que se desenvolvían las criaturas de Caminando entre monstruos, una época de la historia de la Tierra en la que la evolución puso en ella criaturas y plantas tan extraordinarias que nadie creería que se encontraba en este planeta.

Los fondos marinos de Tenerife con su roca volcánica pelada -grabados por las cámaras submarinas de Mike Pitts y Peter Thorn, ganadores del Emmy por sus trabajos Planeta azul y La vida privada de las plantas-, son el paisaje en el que se mueven estos monstruos, en los que el documental se introduce literalmente para mostrar quién proporcionó a los seres humanos su primer miembro, el corazón e, incluso, el cerebro, concluyendo una reconstrucción épica de la vida prehistórica en la Tierra.

Caminando con monstruos es parte de una serie de documentales que también incluyen:

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Pensamiento crítico

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Se ha producido una nueva revolución comparable a la invención de la escritura. La mayor parte de la información que ha acumulado el hombre a lo largo de los siglos está a disposición de cualquiera usando una herramienta sencilla: Internet.

Banner y enlace de la iniciativa: Día Mundial del Escepticismo.

La información… y la desinformación. Una y otra no llevan etiquetas que las distingan. Dado el éxito de la Ciencia en los últimos siglos, ambas se expresan con lenguaje científico. Por ejemplo, la Astronomía y la Astrología hablan del Zodiaco. Los no especialistas en una materia, que somos todos, podemos asumir como verdadero lo erróneo. Nos encontramos con ingenieros que se curan con homeopatía o filósofos que creen que el hombre no ha llegado a la Luna. Y mucho peor: farmacéuticos que defienden la memoria del agua o arqueólogos que dogmatizan que las líneas de Nazca han sido hechas por extraterrestres. Si, además, estos pseudoperitos editan libros o firman artículos y los publican en periódicos o Internet, poniendo su profesión, despistan aún más a los que buscan información veraz.

Estamos asistiendo a un doble fenómeno: por una parte el conocimiento humano crece en forma exponencial y por otra la desinformación aumenta todavía a mayor velocidad de forma que asfixia al primero. Un ejemplo: se ha impuesto la idea que las radiaciones electromagnéticas son malas, malísimas y producen cáncer. La mayoría, sin embargo, desconoce que el calor y  la luz son radiaciones electromagnéticas y que el electromagnetismo es la base del funcionamiento de los átomos, las células y la vida misma. Sin radiación electromagnética, no hay hombre. Hay que distinguir de qué longitudes de onda hablamos para saber si son dañinas para los seres vivos o no pero la idea de su peligrosidad se ha impuesto.

¿Solución? Pensamiento crítico.

¿Cómo se puede distinguir si lo que leemos tiene algún fundamento o es puro “caldo de cabeza”? No es nada fácil. El lenguaje es idéntico y no siempre las afirmaciones son estrambóticas. Casi todo el mundo conoce a fondo un tema: es electricista, agricultor, ingeniero, abogado, especialista en arte o músico. Si alguien está haciendo afirmaciones que contradicen lo que uno verdaderamente conoce, debe ser descartado como fuente veraz en todo lo demás. Iremos descartando y confirmando fuentes. Poco a poco sabremos dónde acudir para conocer tal o cual tema; o de dónde huir para no ser desinformado.

Desde el principio descartaremos a los que no usan la Lógica, por ejemplo a los que unas veces afirman una cosa y otras, la contraria sin ningún rubor. También, a los que hacen afirmaciones que no se pueden someter a experimento para ver si son falsas. “Yo tengo poderes especiales pero desaparecen cuando un escéptico está presente”. No puede ser fuente de veracidad si alguien hace afirmaciones de este tipo. No hay forma de comprobarlas.

Fuentes veraces.

Existen en muchos países, entre ellos España, asociaciones de personas que se preocupan por el incremento de la irracionalidad. Ven con inquietud que una ola de desinformación cubre el verdadero conocimiento científico y se dan cuenta de la dificultad que tiene el ciudadano medio de poder distinguir el grano de la paja puesto que las pseudociencias, como hemos dicho, usan el mismo lenguaje que las ciencias. Así que han decidido hacerse oír, con  muy poco éxito dicho sea de paso, pero ahí están señalando con el dedo qué son pseudociencias y qué son pseudomedicinas. Se organizan como pueden a nivel europeo y a nivel mundial. Existe una lista de asociaciones, cuya relación coordina el autor de este artículo, en esta página:  http://www.escepticos.es/?q=node/7 . Está encabezada en España por ARP-Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico. Es una fuente veraz que puede convertirse en una guía para quien anda despistado.

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Artículo publicado originalmente en "Andenes" y cedido por cortesía del autor.

Autor: Arturo Bosque
Fecha: 31 de enero de 2010

Enlace: http://www.escepticos.es/?q=node/277

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2.4.10

Historia de una estrella

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Es tan habitual ver el sol todos los días que parece que forma parte de nuestro decorado. Sin embargo, sin su energía toda forma de vida en la Tierra sería imposible. Además, es una fuente preciosa de informaciones para el conocimiento de las estrellas y su estudio es apasionante. El sol es el tema que ocupa esta edición de Space.

http://www.youtube.com/watch?v=J_4sbgL-ah8

http://es.euronews.net/

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Caminando con Cavernícolas 4: Los Supervivientes

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Medio millón de años atrás, el Homo heidelbergensis vaga por la Tierra. Son feroces cazadores que utilizan herramientas sofisticadas y viven en grupos familiares. Pero todavía carecen de algo. Los Heidelbergensis carecen de un aspecto que nos hace humanos a nosotros.

Homo heidelbergensis, Megaloceros giganteus, Homo neanderthalensis, Mammuthus primigenius, Conejo, Homo sapiens.

Este es el último capítulo de la serie Caminando con Cavernícolas.

Accede al resto de la serie desde aquí.

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